Julio Ariza, en su análisis en Dando Caña, arroja luz sobre las razones detrás de la reticencia de Carles Puigdemont para concluir un pacto que podría allanar el camino para la investidura de Pedro Sánchez. El expresidente de la Generalitat, actualmente fugado, ha expresado su descontento con un aspecto fundamental del acuerdo propuesto: la limitación de la ley de amnistía para no incluir a figuras como Gonzalo Boye o los miembros de la familia Pujol.
Esta discrepancia se convierte en el punto de fricción que obstaculiza la concreción del pacto, ya que Puigdemont y otros líderes separatistas consideran que la amnistía debe extenderse más allá de su círculo, abarcando lo que ellos perciben como una «causa general contra el independentismo orquestada por el sistema judicial». Su preocupación radica en que la exclusión de estos casos podría ser interpretada como una concesión insuficiente para abordar los problemas legales y políticos que enfrentan en el contexto del proceso independentista en Cataluña. Este desacuerdo resalta la complejidad y las tensiones inherentes a la búsqueda de un acuerdo político en un escenario de alto contenido emocional y polarización política como el que se vive en la región.
