El Gobierno calcula que hablar cuatro lenguas en el Congreso nos costará 280.000 euros. Eso solo para empezar, ya que en diciembre se aprobará un sistema ‘más estable’ que implicará un mayor desembolso. De esta cantidad 7.600 euros se han destinado a la compra de 450 pinganillos y 218.000 euros a contratar 12 traductores. Además, las sesiones tendrán que ser transcritas al castellano, lo que añadirá un suma de 8.500 euros. Casi nada.
