Aunque el gran protagonista del día es el hermano de Sánchez, es el líder del PSOE de Extremadura el que acapara los titulares. Su empeño en aforarse antes de que la jueza le llevase a juicio ha dejado un largo reguero de cadáveres. El primero, el de su persona de confianza en la Asamblea. María de la Cruz Rodríguez dimitió el martes para dejarle a Gallardo su asiento en el Parlamento extremeño. Pero esto no es todo. Los cuatro cargos que le precedían en las listas se vieron obligados también a renunciar al acta. La jugada habría pasado desapercibida si Gallardo no hubiese premiado a Rodríguez como subdelegada del Gobierno. El socialista trató de forzar el cese de otra compañera, pero el delegado del Gobierno se opuso. La causa de Gallardo acabará previsiblemente en el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura. Esto le permite ganar tiempo y ser juzgado por un tribunal diferente que podría sé más benévolo.
