El cambio que prometieron los laboristas en la campaña electoral no se está produciendo en la dirección que ellos pensaban. Prometieron mejorar la economía, reformar los servicios públicos y mayor estabilidad política. Pero, a día de hoy, la economía se ha estancado, no hay un proyecto visible y claro de reforma de la Administración Pública, y la estabilidad política laborista se tambalea con la reciente dimisión de 20 concejales que afirman sentirse traicionados por su partido.
