Sobre la proposición de que gobierne la lista más votada
Que los ciudadanos no hayamos leído la Constitución Española del 78 es un defecto que debería resolverse en la escuela, pero no se hace. Que la hayamos leído y no la hayamos entendido es responsabilidad personal. Pero que dedicándonos a la política, lo que supone que la hemos leído, propongamos burlarla como parte de nuestro programa electoral indica o incapacidad para entender lo que hemos leído o ánimo de fraude. Ninguna de ambas opciones permite votar a ese candidato.
Los procedimientos electorales de cada país son diferentes; algunos son muy poco democráticos. Ninguno, ¡que vergüenza!, respeta el principio cero de toda elección; todos los votos tienen igual valor. Entre ellos está España donde si el voto de un turolense vale tres veces mas que el de un madrileño a la hora de elegir un diputado, el de quien vive en el Hierro vale 11.000 veces el de un madrileño para elegir un senador.
Nuestro procedimiento electoral rechaza la elección directa. Nosotros lo que hacemos es elegir el poder legislativo, a los que, además, convertimos en electores porque les damos el derecho de elegir al alcalde, al Presidente de la Comunidad y al Presidente del Gobierno que, por lo tanto, no son elegidos por nosotros; son nuestros representantes/intermediarios los que los eligen y luego ellos eligen al poder ejecutivo.
La CE 78 podría haber establecido una doble fórmula de elección directa; no la eligió. En ese caso si ningún candidato logra mayoría absoluta se repite la votación entre los dos candidatos más votados. Eso permitió que en Francia cuando los dos más votados fueron un candidato de la derecha y otro del Frente Nacional los ciudadanos directamente eligieron en la clásica segunda vuelta a cuál preferían. La izquierda, tapándose las narices votó a la derecha.
Nuestra CE 78 se ahorra esa doble elección, algunos millones de euros, concediendo ese derecho a los electores directamente elegidos por nosotros. Que ahora se pretenda presentar como más democrático que sea elegido Alcalde o Presidente de la Autonomía o del Gobierno el primero de la lista más votada es anticonstitucional, porque priva de sus derechos a los concejales o diputados electos; y eso sería un fraude (art. 6.4 CC) sea el pacto verbal o escrito y el art. 7.1 CC exige tomar las medidas para que evitarlo.
Me produce sorpresa, aunque poca dadas sus múltiples incoherencias y errores, le doy el beneficio del error porque de lo contrario tendría que suponer intento de engaño. Pero que pretenda la complicidad del actual Presidente del Gobierno también es feo.
Me produce sorpresa que haya ciudadanos que se crean que es más democrático privar de sus derechos a los Diputados electos.
Me produce sorpresa que los “científicos de la información” tampoco hayan prestado atención a este punto informando a los lectores/oyentes de este intento. Además, ¿un candidato que tiene el 30 % de votos a favor tiene 70 % en contra. Con ese rechazo ¿pretende tener derecho gobernar? Algo más tendrá que tener además de las ganas, digo yo.
Nada es sencillo. Todo exige reflexión. Sólo entonces, tras reflexionar que exige un cierto esfuerzo mental, todo es sencillo; ese esfuerzo lo ha convertido en sencillo. Reflexionemos, pues.
¿De verdad dará Vd. su voto a un candidato que propone un acuerdo anticonstitucional? Lo haya propuesto por error o por malicia no parece el candidato más adecuado. Y el que sus asesores lo apoyen, entre los cuales elegirá a sus ministros, ¡peor me lo ponen!: o ninguno se ha enterado que la propuesta es anticonstitucional, lo que indicaría su incompetencia, o lo sabían!, y entonces es peor.