Tal día como hoy, 16 de septiembre de 1410, quedaba visto para sentencia el asedio de Antequera, plaza del reino moro de Granada, por el infante Fernando de Trastamara, hermano del rey de Castilla. Seis días después los moros rendían la ciudad. Y a Fernando de Aragón se le empezó a llamar “el de Antequera”.
Fernando era el segundo hijo del rey Juan I de Castilla y Leonor de Aragón, sólo un año menor que el primogénito, Enrique. A Enrique –que sería Enrique III “el Doliente”- le tocaba heredar el trono castellano y a Fernando, en principio, el ingrato papel de crecer en la sombra. Una sombra relativa, en todo caso: sus posesiones por nacimiento eran inmensas (Peñafiel, Lara, Medina del Campo, Cuéllar, Castrojeriz , Olmedo, Écija, Arjona, etc.) y él, emprendedor, se ocupará de ampliar y rentabilizar ese patrimonio. Se casó con su tía Leonor de Alburquerque, lo cual multiplicó su fortuna, y semejante red de señoríos y rentas le convirtió en el hombre más rico de Castilla con sólo quince años de edad. Se construyó un enorme palacio en Medina del Campo y desde allí organizó una red comercial de extraordinaria pujanza. Mercaderes de todas partes –Borgoña, Francia, Nápoles, Flandes, Aragón- acudían a la ciudad para hacer sus negocios.
Cuando murió su hermano dejando a un heredero de muy corta edad, Fernando no peleó por el trono, sino que se avino a desempeñar un papel de co-regente con su cuñada, la reina viuda Catalina. Se dividieron las zonas de poder. Catalina se encargaría de gobernar el norte; Fernando tomaría bajo su mando las tierras del sur del Guadarrama y, en particular, la frontera con Granada, donde latía de nuevo la amenaza mora con el impulso benimerín. La guerra con Granada le abría un campo enorme. Ya era el hombre más rico de Castilla. Ahora podía multiplicar su poder controlando los subsidios de las cortes para la guerra con el moro y, después, venciendo en el campo de batalla. Ahí se inscribe el episodio de la conquista de Antequera. El reino de Granada se estaba deshaciendo en luchas internas. Fernando jugó sus cartas. A finales de 1409 plantó sus tiendas ante la estratégica plaza. El asedio comenzó en abril de 1410. Duró cinco meses. El 16 de septiembre los moros negociaban la rendición, que se verificó el día 22.
Fernando de Trastamara, Fernando de Antequera, se convirtió en el hombre más importante del país. Y con ese triunfo en la mano puso la mirada en su siguiente objetivo: ser rey de Aragón, trono que le correspondía por su madre. Se hará con la corona dos años después. Y será Fernando I de Aragón. Un triunfador.
Otros hechos:
1492: Cristóbal Colón, en su viaje a las Indias, descubre el Mar de los Sargazos.
1498: Muere en Ávila fray Tomás de Torquemada, primer inquisidor general de España.
1810: El cura Miguel Hidalgo tañe las campanas del pueblo de Dolores, en México, y llama a los feligreses a levantarse contra las autoridades españolas, que han pactado con los franceses. Es el momento inaugural de la independencia de México.