Tal día como hoy, 3 de septiembre de 1936, la ultraizquierda se apoderaba definitivamente de la II República española. El gabinete Giral dimitía y dejaba así libre el camino para que socialistas, comunistas y anarquistas ocuparan el Gobierno.
De hecho, ya era la ultraizquierda la que se había adueñado del poder desde el comienzo de la guerra civil. Hay que recordar que el Frente Popular era una coalición muy variopinta: junto a republicanos radicales, pero formalmente demócratas, convivían los separatistas y los partidos y sindicatos de la izquierda, cada vez más estalinistas y totalitarios. Tras las fraudulentas elecciones de febrero de 1936, el ejercicio formal del Gobierno fue para los republicanos, pero quien llevaba la voz cantante en el parlamento y en la calle eran los socialistas, los comunistas y los anarquistas, que impusieron una atmósfera de violencia permanente.
Cuando estalló el golpe militar del 18 de julio, la ultraizquierda exigió que el gobierno armara a las milicias de la ultraizquierda. Eso hizo inevitable la guerra. Quien tomó aquella decisión fue precisamente Giral, recién llegado a la cabeza del Gobierno. Fue un suicidio: con las armas en la mano, las milicias socialistas, comunistas y anarquistas impusieron por todas partes comités revolucionarios que dictaban su propia ley al margen del ejecutivo. Las memorias de los propios responsables republicanos son suficientemente ilustrativas al respecto. Una vez comenzada la guerra, y ante la sucesión de derrotas, el Frente Popular optó por una política de hechos consumados: sólo la ultraizquierda podía organizar el caos provocado por la propia ultraizquierda. De paso, eso serviría para estrechar las relaciones con la Unión Soviética, la única potencia extranjera que mantenía explícitamente su apoyo al Frente Popular.
El hombre escogido para encabezar ese gobierno sería Francisco Largo Caballero, líder del ala bolchevique del Partido Socialista. Con él entraron por primera vez anarquistas y comunistas en el Gobierno de España. Largo Caballero consiguió organizar el caos republicano, pero su política sería tan radical que el propio Stalin tuvo que llamarle al orden por sus excesos. Curiosamente, Largo Caballero terminó cayendo ocho meses después víctima de los comunistas. Para entonces el Frente Popular ya era inequívocamente un partido totalitario. Pronto un retrato de Stalin adornó el arco central de la madrileña Puerta de Alcalá.
Otros hechos:
1412: Fernando de Antequera jura en Zaragoza como nuevo rey de Aragón.
1539: El papa Paulo III aprueba los estatutos de la Compañía de Jesús.
1669: Muere en Nájera, La Rioja, el poeta del Siglo de Oro Esteban de Villegas.
1914: Nace en La Línea de la Concepción, Cádiz, el médico y político Narciso Perales,
falangista de primera hora, disidente de la Falange oficial del franquismo.
1971: Llega a Madrid el cadáver de Evita, esposa del ex presidente argentino Juan
Domingo Perón, exiliado en España.