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Pedro Sánchez, a sus pies

Editorial. Pedro Sánchez, a sus pies (foto de Sánchez inclinándose ante el príncipe Bin Salman de Arabia Saudí)

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Un tirano al servicio de otros

¿Qué le pasa a Pedro Sánchez con el mundo musulmán? No solo ha entregado al sátrapa de Marruecos décadas de política exterior española en relación con la descolonización del Sáhara Occidental; no solo se está plegando a todas las demandas y a todos los abusos de los alauitas (maniobras militares frente a Canarias, espionajes altamente inamistosos, invasión de aguas territoriales españolas, incumplimiento de acuerdos aduaneros, narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar, vulneración de acuerdos de pesca, destrucción del campo español, invasión masiva de productos marroquíes, lobismo promarroquí ante la Unión Europea); no solo se ha convertido en el primer inquisidor internacional frente a Israel y en el más altivo defensor de la causa palestina (que ya no es palestina sino iraní, pero qué más le da esto a Sánchez), sino que ahora ha ido a dar un cabezazo sumiso (que más que cabezazo ha sido inclinación de edecán) ante el príncipe de Arabia Saudí Mohamed bin Salman, un tirano que somete a las mujeres y persigue a los homosexuales (pero qué más le da eso a Pedro Sánchez), acusado de haber despedazado vivo a un periodista crítico, Jamal Kashogi, en 2018. Memoria democrática. Fruslerías. Tampoco importa nada (no le importa al Nerón español) que Arabía Saudí haya entrado a saco en Telefónica saltándose al Gobierno de España a la torera.

Ya sabemos que Pedro Sánchez está dispuesto a todo en política interior para conservar el poder (pactar con ETA, aliarse con ERC, vender el Estado a Puigdemont, aprobar leyes impropias de un Estado de Derecho como la de amnistía a cambio de 7 votos), pero hay mucha gente, dentro y fuera de España, que aún no se ha dado cuenta –pero están en ello- de que Sánchez está dispuesto a todo en política exterior para no abandonar en poder, como con las cesiones a Marruecos.

Da lo mismo que se trate de Venezuela (con Zapatero de plenipontenciario de toda esa basura) China, Irán o Arabia Saudí. Sanchez ni se baja de la noria ni pone reparos ante ningún tipo de socio, por abyecto que sea.  Busca aliados aquí y acullá, y si su olfato intuye que un pacto con el mismísimo diablo le puede convenir, lo sellará. Ya sabe Sánchez que no tiene nada que hacer en la OTAN. Pero si aspira a encontrar alguna salida en la ONU para cuando se le termine el mandato nacional, pactará con quien sea menester para obtener el respaldo a su candidatura. Pactará con los peores enemigos de Occidente, como ha pactado en España con los peores enemigos de la nación.

Quiere mantener el poder sobre España desde dentro o desde fuera. Y “fuera” no es solamente algún organismo internacional, sino también el poder del dinero, el gran capital, el globalismo económico, a cuyo servicio ha puesto a su gobierno y a cuyo efecto está tomando el control de las grandes empresas españolas que puedan tener algún papel internacional (v.gr. Telefónica).

Su miseria humana consiste en que se ha convertido en un obseso (un siervo) del poder, y todos los obsesos del poder acaban convirtiéndose en tiranos.

Pedro Sánchez: un tirano al servicio de otros tiranos.

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Del ToroTv

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