El País publicaba este fin de semana un artículo de opinión que, bajo el título ‘Por qué llamamos ultra a Vox (y no a Podemos)’, ha generado mucha controversia. Y no sólo entre los votantes del partido de Santiago Abascal.
Resulta evidente que cada medio de comunicación sigue una marcada línea editorial y que la información no puede considerarse objetiva al 100%. Hay muchas formas de transmitir información ajustándose lo máximo posible a la realidad. El periodista que niegue este hecho estará mintiendo: la intencionalidad al escribir un artículo o trasladar un hecho está presente ya desde el momento en el que se elige el hecho que contar. Pero de ahí, a lo de El País, hay un trecho.
¡Ni con EH Bildu, que ya es decir, se había visto tal demonización!
El propósito de estas líneas es el de dar una visión diferente a la que ofrecen las terminales mediáticas, que diría Pedro Sánchez. Nuestra vocación de ser una televisión alternativa y de contarles lo que otros pretenden ocultar tiene que estar presente ante una campaña política y mediática contra un partido, el de VOX, que jamás habíamos visto antes. Sí, desde aquí también seguimos una línea, pero tratando de informar, no de manipular ¡Ni con EH Bildu, que ya es decir, se había visto tal demonización! Tanto es así, que incluso diputados populares han saltado en defensa de Vox tras las líneas de El País.
Vayamos al lío. Por qué llamamos a Podemos partido ultra (y no a VOX). Dicho de otro modo, por qué VOX no es un partido ultra y por qué, en base a los argumentos esgrimidos por ‘El País’, sí podríamos llamar ultra a Podemos.
‘Extremista, violento, radical’
La Real Academia Española (RAE) define ‘ultra’ como “en política, extremista”. Una definición de diccionario y de ningún libro de estilo particular que responda a intereses propios. El concepto de ultra, asociado a la extrema izquierda y extrema derecha – podríamos entrar también a explicar por qué Vox no es extrema derecha- suele ir vinculado a la violencia y radicalidad, de corrientes de imposición ideológica.
Sin embargo, en los últimos años, la clase política y progresista, al servicio de las élites globalistas, ha intentado definir, a su antojo, el significado de ultra. Ahora, todo lo que es contrario a sus propias líneas ideológicas, es ultra. Todo aquello que diverge o contrarresta el discurso oficial, es ultra. Si el lenguaje progresista o inclusivo no se acepta, es ultra.
El lenguaje aquí ha cobrado toda la importancia: su discurso ha sido aceptado mediática y políticamente
El comunismo y la izquierda gozan de buena prensa mientras que a VOX hay que calificarle (aunque sea falsamente) como ultra. Podemos tiene sus raíces en el activismo callejero y censura, impone y radicaliza el discurso pero lo hace disfrazado de un buenismo progresista que trabaja por los derechos sociales frente al patriarcado, las rentas altas y a una clase política que no trabaja por sus ciudadanos.
El lenguaje aquí ha cobrado toda la importancia. Su discurso ha sido aceptado mediática y políticamente. Así las cosas, se ha establecido qué es el bienestar social y cómo debe de ser o comportarse la sociedad. Lo han establecido Podemos y afines. Y sus amigos a nivel supranacional. Y quienes les respaldan. Pongamos un ejemplo sencillo, los morados han establecido que las mujeres están en peligro frente a un hombre, que sólo por el hecho de ser hombre, es violento y las mata. ¿Acaso hay menos asesinatos ahora que Podemos ha estado en el Gobierno y que se ha creado un Ministerio de Igualdad? ¿No será más bien que existen las personas violentas y no eso que llaman violencia de género?
¿Es VOX ultra y violento? O más bien, ¿es Podemos un partido ultra y violento?
Partiendo de que la noción de ultra conlleva la violencia y la radicalidad -Oxford Language define ultra como ‘persona que “es de ideología política extremista, especialmente de extrema derecha, y que normalmente actúa con violencia y radicalidad”, la primera premisa es sencilla: descartamos que VOX sea un partido ultra porque no le hemos visto protagonizar un acto violento. Más bien, ha sido siempre víctima de los violentos. Por su parte, Podemos nació defendiendo el jarabe democrático y protagonizando (respaldando, en el mejor de los casos) escraches a diferentes personalidades hasta las puertas de sus viviendas. No importaba si esa persona estaba embarazada y por tanto, en situación de riesgo.
Alberto Rodríguez fue condenado por un delito de atentado a un agente de la autoridad. Isa Serra fue condenada en 2020 por delitos de atentado a la autoridad, lesiones leves y daños cuando intentó frenar un desahucio en Lavapiés en 2014. Pablo Echenique vulneró el derecho al honor de un hombre al que, ya fallecido, acusó de violación. Otro de los diputados morados condenados por la justicia fue Jorge Luis Bal por un delito de resistencia a la autoridad y falta de lesiones.
Rocío de Meer, diputada de VOX, resultó herida tras recibir una pedrada en la ceja izquierda durante un mitin de Santiago Abascal en Sestao. Pablo Echenique lo calificó como un bulo y dijo que la sangre era ketchup. En la Comunidad de Madrid, en el marco de la campaña electoral de 2021, durante un mitin convocado en la conocida como ‘Plaza Roja’ de Vallecas se desató una verdadera batalla campal contra los de VOX. La Policía detuvo entonces a dos escoltas de Podemos por instigar los incidentes contra Vox en Vallecas. Son dos casos pero podríamos relatar decenas y decenas en sus actos electorales y mesas informativas. Vitoria, Vic, Bilbao, Marinaleda, Sevilla, Esplugues de Llobregat, Rubí, Melilla…
De Pablo Iglesias nos quedamos con cuando hacía apología de la guillotina o se le veía en una herriko taberna con terroristas de ETA haciendo loas a asesinos
Toda imposición también es propia de un ‘ultra’: ¿un ejemplo? Colocar afines en función de los intereses del líder. Los líos de faldas de Pablo Iglesias traspasaron la vida privada del mismo para premiar a las mujeres de su vida y luego terminar castigándolas o relegándolas. Así, nos encontramos a Tania Sánchez aclamada primero por los medios de comunicación y presente en todas las tertulias a ocupar un sitio en el gallinero del Congreso, tapada además por una columna. Una humillación que contrastaba con la fama que poco a poco adquiría Irene Montero, ahora ministra de Igualdad. No podemos olvidar a Dina Bousselham, el caso de su tarjeta y cómo ahora es compañera de mesa en Canal RED.
Pero, sin duda, de Pablo Iglesias nos quedamos con cuando hacía apología de la guillotina o se le veía en una herriko taberna con terroristas de ETA haciendo loas a asesinos.
Desmontando los argumentos de ‘El País’
Tras estas puntualizaciones que ‘El País’ no ha tenido en cuenta, vamos ya con las afirmaciones explícitas que encontramos en su artículo.
-“Son ultras quienes creen que la soberanía no reside en el pueblo, sino en la nación y que, en consecuencia, los nacionales de un país no pueden decidir sobre su existencia, ya que la nación, un concepto abstracto y cultural, está por encima del pueblo real”
Para ‘El País’ VOX es ultra porque defiende la soberanía pero que no reside en el pueblo. Por eso, el partido de Santiago Abascal propone la celebración de varios referéndums en los que la ciudadanía sea la que decida cuestiones clave como la política energética. Entiéndase la ironía. ¿Qué sentido tiene proponer consultas si la opinión de los ciudadanos no importa?
-”El funcionamiento de Vox no es democrático: ha eliminado las elecciones primarias a candidatos a puestos públicos y también a cargos internos; y la continuidad de Abascal como líder no se sometió a votación al término de su último mandato”
Vox opera dentro del marco democrático y utiliza los mecanismos institucionales para promover sus propuestas y conseguir representación política.
Además, nada obliga a los partidos políticos a la celebración de primarias. En los estatutos de VOX, se manifiesta que la Asamblea General del partido puede actuar «personal y directamente» e incluso modificar los presentes Estatutos. El Comité Ejecutivo Nacional podrá sustituir a uno de sus miembros (presidente del partido, vicepresidentes, secretario general y vocales) por mayoría de dos tercios de sus miembros originales.
Recuerden cómo, en Podemos, se presentó una denuncia por las presuntas irregularidades las primarias para las elecciones de 2020.
-”Vox vulnera la libertad de información, que es una de las bases de la democracia, al vetar a periodistas y medios que considera no afines”
A ver, almas de cántaro del diario El País. El derecho a la información, tal y como se contempla en el artículo 20 de la Constitución, y con base en las interpretaciones doctrinales y jurisprudenciales, se refiere a poder comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. Nada impide a El País u otros medios difundir información sobre las ruedas de prensa de Vox, por ejemplo, pese a no estar en ellas. Los que vulneran el derecho a la información son aquellos que censuran y manipulan la información, y no dejan que los ciudadanos conozcan la verdad de las cosas. En cualquier caso, Vox no es el único que veta: también Podemos excluyó a El País de un encuentro de periodistas.
Los que vulneran el derecho a la información son aquellos que censuran y manipulan la información, y no dejan que los ciudadanos conozcan la verdad de las cosas
-”Vox quiere ilegalizar a los partidos nacionalistas/independentistas que representan al menos a la mitad de los catalanes y los vascos”.
Corría junio de 2021 cuando José Luis Rodríguez Liébana entendía que «para acabar con la ultraderecha lo mejor sería su ilegalización, como en su momento se ilegalizó a Herri Batasuna». La propuesta de ilegalizar a VOX la llevaron los morados a la IV Asamblea cuando ya la de Abascal era tercera fuerza en España.
Mientras tanto, VOX ha pedido en varias ocasiones la modificación de la Ley de Partidos Políticos para ilegalizar aquellas formaciones que se muevan o hayan cometido ilegalidades. Recalcamos, ilegalidades. Esto incluiría a ERC, JxCAT, PNV y otros partidos que promovieron el golpismo en Cataluña. La ilegalización de EH Bildu respondería a varios de los epígrafes de esta misma normativa. En el artículo 9 se especifica que entre los motivos para declarar la ilegalización de un partido político está el incluir en sus órganos o listas electorales a personas condenados por delitos de terrorismo o realizar homenajes a éstas mismas. ¿Quién es el ultra aquí?
-”Vox quiere imponer a todos los ciudadanos sus concepciones morales sobre aborto, eutanasia o matrimonio homosexual”.
Si bien Vox tiene una agenda política conservadora en temas como inmigración, nacionalismo, unidad de España, familia o defensa de la vida, su plataforma se sitúa dentro del espectro político convencional y en línea con otros partidos de derecha conservadora presentes en Europa e incluso en gobiernos de países vecinos. Sus posturas políticas no se consideran extremas en comparación con partidos considerados «ultras» en otros países. Sus concepciones morales, por cierto, silenciadas y perseguidas, son las de 2.400 millones de cristianos en el mundo, sin ir más lejos.
Defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural es algo contemplado en todas las cartas de derechos, mientras que el aborto, aunque lo impongan los ‘ultras’, los verdaderamente ultras, no aparece en ninguna de ellas.
Respecto del matrimonio homosexual, Vox sigue la línea de discurso del recurso de inconstitucionalidad presentado a la Ley de Matrimonio Homosexual de Zapatero por parte del Partido Popular: el propio Santiago Abascal ha verbalizado que entiende la unión civil entre personas del mismo sexo, pero que el matrimonio como institución jurídica es la unión entre hombre y mujer.
Defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural es algo contemplado en todas las cartas de derechos, mientras que el aborto, aunque lo impongan los ‘ultras’, los verdaderamente ultras, no aparece en ninguna de ellas
¿No es acaso ultra arrancar a trozos a un niño del seno de su madre? Enfermeros, médicos y hasta mujeres que han abortado relatan cómo es el drama del aborto. Hay quien lo define como un genocidio y el tiempo dará la razón. Pero de momento, quienes han prohibido a algunos rezar cerca de clínicas abortistas son los del lado Podemos. De nuevo, ¿quién es el ultra ahora?
-”Aliados de Vox, como Trump y Bolsonaro, se negaron a aceptar el resultado cuando perdieron las elecciones, sin que Abascal los criticara”
¿Acaso ha criticado Podemos a Hugo Chávez, Gustavo Petro o Gabriel Boric? ¿Acaso Trump o Bolsonaro han maltratado al pueblo como lo hacen los segundos?
Dictamen de El País: “Vox ha señalado a las mujeres, la mitad de la población, y a minorías como los migrantes o el colectivo LGTBI, para exigir que se les nieguen derechos fundamentales, civiles y sociales, y pretende utilizar las vías democráticas para conseguirlo e imponer su visión del mundo, Podemos no ha tomado ese camino”
¿Cuándo ha señalado VOX a las mujeres? Les invitamos a que lean las 12 medidas del partido de Santiago Abascal para frenar la violencia contra la mujer. Otra cosa muy diferente es que se pida rebajar las subvenciones a organizaciones y colectivos que dicen ser feministas mientras no ayudan realmente a esa mujer que ha sido víctima. Podemos ha creado la ley del ‘sí es sí’ por la que se han rebajado las penas a violadores y muchos otros agresores sexuales han quedado en libertad. VOX propone penas más duras y la prisión permanente revisable.
Vox no está en contra de la inmigración y de la orientación sexual de cada uno: está en contra de la inmigración ilegal y la supremacía del colectivo LGTBI, o la perversión de menores de la mano de este
VOX no está en contra de la inmigración legal y ordenada. Está en contra de inmigración ilegal, recalcamos de nuevo ilegal, y la imposición cultural que además fomenta la trata de personas, la trata de mujeres y que provoca, en muchos casos, muertes en el mar. Se posicionan en contra de la inseguridad en los barrios y de mantener a inmigrantes delincuentes o intolerentes dentro de nuestras fronteras.
VOX tampoco está en contra de la orientación sexual de cada uno. VOX está en contra de la supremacía del colectivo LGTBI y la imposición de su doctrina a los más pequeños. Frente a la visión concreta de la ideología de género, la Educación es una tarea que corresponde a los padres.
El Toro TV también tiene la responsabilidad de llamar a las cosas por su nombre: quizás, además de Podemos, habría que explicar por qué los de El País son ultras
‘El País’: “Es nuestra obligación como periódico estar con los vulnerables sin altavoz, con la víctima y no con el violador, con el país invadido y no con el invasor, con la ciudadanía sometida y no con el dictador, y siempre en la defensa de la democracia”.
Para El Toro TV nuestra obligación como medio de comunicación es estar con los vulnerables sin altavoz, como pueden ser todos aquellos españoles a los que se le invade su casa y a los que no se les respeta su derecho a la propiedad privada, o aquellos a los que no se les da otra salida que la muerte. Con la víctima y no con el violador, violador excarcelado gracias a la ley del ‘solo sí es sí’ que lleva la firma de Podemos. Con la ciudadanía sometida y en defensa de la democracia, a margen de imposiciones ideológicas, ruptura de las naciones, imposición de agendas globalistas que anulan a la ciudadanía y la privan de derechos. En contra de lo vivido en la Iberosfera gracias a los socios aliados de Podemos.
‘El País’: “Sin este mínimo, la equidistancia es falsa. Por eso, tenemos la responsabilidad de llamar a las cosas por su nombre.”
El Toro TV también tiene la responsabilidad de llamar a las cosas por su nombre y por tanto, no solo recordar que Podemos es ultraizquierda y Vox, un partido democrático -tercera fuerza en España- sino también decir sin tapujos que ‘El País’ es un periódico al servicio de Ferraz y de esos intereses que dicen ser progresistas, y que priva a los ciudadanos del verdadero derecho a la información. Quizás, además de Podemos, habría que explicar por qué los de El País son ultras.