Ellos mienten. Nosotros sabemos que mienten. Ellos saben que nosotros sabemos que mienten.
El célebre dicho de Solzhenitsyn planea sobre la actualidad española como una sombra monótona y omnipresente. Nos sabemos gobernados por una panda de bandoleros, que hasta la palabra ‘mafia’ parecería dignificar a esta patulea de gañanes que nos desgobierna.
Esa es nuestra vergüenza: no la mera tiranía, no que nos roben y nos controlen, sino la cutrez de todos ellos, la ínfima catadura humana de aquellos ante los que estamos obligados a inclinarnos, porteros de locales de mala nota reconvertidos en mandarines de un reino tan viejo y glorioso.
Lo sabemos todo de Ábalos, hacemos chistes y no se nos escapa que la ‘pandemia’ fue una fiesta del estraperlo y el saqueo a calzón quitado, pero eso, que todo queda en risas y aquí no pasa nada, nunca pasa nada, a esperar lo siguiente sin despeinarnos.