Tal día como hoy, 3 de enero de 1874, la guardia civil irrumpía en las Cortes y disolvía la I República española. Ha pasado a la leyenda la figura del general Pavía, capitán general de Castilla la Nueva (Madrid), entrando a caballo en el Congreso. En realidad Pavía jamás entró a caballo. Ni siquiera a pie. El militar se limitó a enviar a una dotación de la Benemérita, lo cual fue suficiente para derribar a un gobierno tan débil que su presidente, Eduardo Palanca, había tenido que ser llevado a rastras al parlamento, porque no quería aceptar el cargo.
La I República había nacido en febrero de 1873 tras la renuncia al trono de Amadeo de Saboya, el rey de lance elegido por los generales que promovieron la revolución liberal de 1868. Si el gobierno revolucionario había sido un caos y el reinado de Amadeo una caricatura, la Primera República será una casa de locos. Con cuatro presidentes en menos de un año, España se debatía entonces entre la guerra carlista y la amenaza cantonalista, que estaba despedazando al país. El capitán general de Madrid, Manuel Pavía Rodríguez de Alburquerque, gaditano de 46 años, un militar de izquierdas que había hecho carrera a la sombra de Prim, advirtió al poder de que si los federalistas se hacían con el Gobierno tendría que intervenir, porque la ruptura de la unidad nacional estaba asegurada. Los federalistas se hicieron, en efecto, con el control del poder y Pavía, apoyado por todo el ejército y la mayoría de la población cumplió su palabra: envió una nota al presidente de las Cortes, Salmerón, ordenándole que “desalojara el local”. Salmerón se negó y la guardia civil hizo acto de presencia. Los diputados abandonaron entonces el hemiciclo.
Una vez disueltas las cortes, Pavía mandó llamar al general Serrano y a Sagasta, jefes de los partidos, y puso el poder en sus manos. Serrano instauró una república unitaria bajo un gobierno de corte autoritario que aún duraría otro año. Después, en 1875, vendría la restauración borbónica en la persona de Alfonso XII. En cuanto al general Pavía, su intervención le había hecho tan popular que se presentó a diputado por Madrid y obtuvo el 90% de los votos. Le aguardaba todavía una brillante carrera política y militar: senador vitalicio en las Cortes de la monarquía restaurada, capitán general sucesivamente de Cataluña y, nuevamente, de Castilla la Nueva (donde sofocó el levantamiento republicano de Villacampa), presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina y finalmente en 1892, capitán general. Pavía murió en 1895.
Otros hechos:
1831: Se inaugura la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, la única de su género en España y en América, aprobada el año anterior por Fernando VII. Durará tres años.
1938: La guarnición nacional de Teruel se rinde a las tropas republicanas en la batalla de Teruel. Será la única capital de provincia recuperada por el Frente Popular en toda la guerra.
1979: El Gobierno español de Adolfo Suárez firma con la Santa Sede un nuevo concordato, en sustitución del de 1953.