La Premier League establece una nueva tradición: ¡Parar partidos para comer y rezar! Sí, ha oído bien, no es un alucinación, es la nueva innovación del fútbol moderno. Pero ojo, siempre y cuando uno sea musulmán y la causa sea el Ramadán…
Imagínese la escena: el partido en pleno apogeo, la emoción en el aire, el clamor de los aficionados… pero ¡ALTO! Descansito para un banquete espiritual y «volvemos en 5 minutos«. Ahora, si quiere disfrutar del fútbol, también tiene que estar listo para ser parte de esta nueva tradición futbolística. Porque ahora resulta que algunos tienen el sagrado derecho de interrumpir un partido por cuestiones religiosas. ¿Cuándo se ha visto algo así en la historia del deporte? ¡Qué época para estar vivo y patear balones en nombre de la divinidad!
RESPETO total 👏🙌
— DAZN España (@DAZN_ES) April 2, 2024
Dango paró de jugar para romper el ramadán y todos los jugadores de Bournemouth y Crystal Palace esperaron pacientemente mientras lo hacía#PremierLeagueDAZN ⚽️🏴 pic.twitter.com/rjC4bxI7AN
Y lo mejor de todo es que este gesto ha sido aplaudido por la mayoría. Sí, esa mayoría que tolera e incluso celebra la sátira y la crítica hacia la Iglesia Católica y otras ¿instituciones occidentales?, esa que permite desfiles burlescos LGTBI con figuras sagradas, la exhibición de obras de arte blasfemas que ridiculizan figuras cristianas en museos y galerías. ¡Esa mayoría es la que aboga por el «respeto» a la inclusión y a la diversidad cultural! En fin, para qué vamos a hacernos los sorprendidos.
Parece que está de moda en occidente el trato favorable al Islam, pero, ¿Qué pasaría si un cristiano, en un país árabe, tuviese un comportamiento similar? O sin ir más lejos: ¿Qué pasaría si lo tuviese en un país occidental?
Vaya que, para aclararnos, mientras el cristianismo, pilar de la civilización occidental, se enfrenta a un continuo escrutinio, el Islam cada vez está más asentado en nuestra sociedad aborregada. ¡La coherencia en su máximo esplendor! Somos cada vez más conscientes de esta corriente que parece desvalorizar o incluso atacar la cultura occidental y sus tradiciones, mientras se muestra un respeto excesivo hacia otras culturas, en particular el Islam.
Queridos amigos, admiremos este circo de equidad religiosa en el fútbol, donde la coherencia e integridad cultural se han ido de vacaciones indefinidas.