La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, valoró positivamente este jueves, desde Bruselas, el último anuncio de Donald Trump de «pausar los aranceles recíprocos», en este caso los recargos del 20% a todas las importaciones (incluyendo las de la Unión Europea). «Un paso importante hacia la estabilización de la economía global», decía, aprovechando para recordar que la Unión Europea sigue predispuesta a negociar, para solventar la guerra comercial.
La alemana explicó en un comunicado, hablando por nombre de los 27 en materia de política comercial que «unas condiciones claras y predecibles son esenciales para que funcionen el comercio y las cadenas de suministro. Es un paso importante hacia la estabilización de la economía global».
La presidenta de la Comisión ha reiterado que la Unión Europea «sigue comprometida con negociaciones constructivas con Estados Unidos, con el objetivo de llegar a un comercio sin fricciones y mutuamente beneficioso».
¿Cuál será la próxima jugada de Bruselas?
Sin embargo, sus buenas palabras todavía no se han traducido en los próximos pasos a seguir. Si bien Bruselas obtuvo este miércoles la luz verde de los 27, para imponer a partir del próximo martes la primera tanda de represalias por los aranceles del 25% que Trump impuso al acero y aluminio europeos. Pero estos recargos siguen en vigor porque no están cubiertos por la suspensión anunciada por Washington.
Von der Leyen ha insistido en que los aranceles son una forma de «impuestos que solo daña a las empresas y consumidores». Por tanto, los 27 abogan por una relación de «cero aranceles» entre la UE y Estados Unidos. Pero la misma añadió que esto no es óbice para que la UE «siga centrada en diversificar« sus relaciones comerciales con acuerdos con países terceros. Y es que estos comprenden el «87% del comercio internacional que comparte nuestros compromisos con el intercambio libre y abierto de bienes, servicios e ideas».
«Estamos intensificando nuestro trabajo para eliminar las barreras en nuestro propio Mercado Único. Esta crisis ha dejado una cosa clara: en tiempos de incertidumbre, el Mercado Único es nuestra ancla de estabilidad y resiliencia», concluye Von der Leyen.