Ideología de género, animalismo político, amnistía para la secesión, conspiranoia espacial…rien de va plus
No es de extrañar que el PSOE haya abrazado las tradicionales reivindicaciones independentistas, ni que esté negociando la amnistía y la autodeterminación, ni que haya decidido entregar a los enemigos de la nación su integridad territorial. No es de extrañar que Yolanda Díaz, después de reunirse con un prófugo de la justicia que se fugó escondido en un maletero, acuse a los ricos de querer huir en cohete de la tierra, abandonando al resto de los mortales a morir de un apocalipsis climático, al parecer inminente. No es de extrañar, porque la izquierda real se ha quedado sin representación política y ha dejado ideológicamente de existir. Lo que queda de ella, disfrazada de identidades fragmentarias, es un detritus político, un lamentable y falaz manual de autoayuda que conduce al suicidio. Una secta.
Ya nada queda en pie de las viejas reivindicaciones de clase, de modelo de producción, de apropiación de la plusvalía. Nada queda tampoco de la intervención del estado en la economía, ni de la necesidad de corregir los efectos indeseados del mercado. Nada de la solidaridad, de la asistencia social o de la protección de los desfavorecidos y los débiles.
Desde que los famosos mercados progresistas compraron a los partidos de izquierda, esta se ha desintegrado moral y éticamente, y se ha entregado bárbara y esperpénticamente a especular con la naturaleza de las cosas, y a convertir su programa en una macabra partida de antropología.
Hoy la izquierda se ha convertido en una vulgar maquinaria de adoctrinamiento para mantener el poder, y ha sustituido al viejo proletariado de Marx por una mecano imposible que confunde la biología con la voluntad y ha inundado la sociedad de excrementos y de ocurrencias contrarias a la naturaleza del hombre, al bien común y al interés general.
La última chorrada de Yolanda Díaz pone una vez más en evidencia que no tiene una sola idea nada en la cabeza.
Aquello que se decía de repensar la izquierda tras la caída del muro de Berlín, ha consistido al final en destruirla.
Que tomen nota el centro y la derecha.