¿Ha llegado la hora de los extraterrestres?
Estaban al caer. Tras el terror pandémico y la catástrofe climática de la sexta extinción (que nunca se lleva a los apocalípticos por delante), quedaba la amenaza de una invasión alienígena. No estamos solos, de acuerdo. El universo es infinito, claro. La potencia creadora de Dios es ilimitada y da para alumbrar el número de planetas, mundos y civilizaciones que estime oportuno. Por supuesto que pueden existir. Pero ¿existen realmente los extraterrestres? Y sobre todo ¿han llegado ya?
Esta semana el espectáculo político-mediático global ha llevado al circo a un coronel norteamericano que ha declarado que no solo existen los OVNIS sino que EEUU tiene restos de esos extraños artefactos y de sus pasajeros, restos “biológicos”, no humanos, ha dicho, con lo cual no se sabe si son algún tipo de amebas o de seres pensantes, si es que ha dicho verdad.
El mundo ha sido sometido en los últimos años a varias pruebas de estrés, que diría un bancario. Tras la devastación del Covid19 ha quedado en el aire la amenaza de próximas pandemias, todas inminentes, todas terroríficas, que día sí día también asoman a las pantallas de nuestros televisores con augurios de producir nuevos efectos devastadores sobre la vida humana en el planeta.
El calentamiento global ya se ha quedado corto, y también día tras día se difunden como noticia multitud de catástrofes climatológicas que vienen a corroborar que, como dicen los nuevos apocalípticos y expertos, el planeta, la tierra, se acaba, y con ella nosotros, claro.
El terror pandémico y la amenaza climática nos tienen poco menos que atemorizados.
Por si fuera poco, ahora parece que han llegado los OVNIS, y nadie descarta que lo hagan con aviesas intenciones. Esto es un no vivir.
¿Existen? Puede que sí, puede que no. ¿Son un montaje más para someter a la humanidad a una nueva prueba de estrés? Puede que no, puede que sí. ¿Hay que creer en ello? El editor no es nadie para indicarle al lector cuál debe ser el umbral de sus creencias. Si non è vero è ben trovato, es cierto, pero lo más prudente en estos casos es pensar que “si no lo veo, no lo creo”.
Creemos a un coronel del ejercito de los EEUU que dice haber visto a los extraterrestres pero dudamos de un santo que nos relata una experiencia mística. ¿Imaginan Uds. Lo que hubiera sido tener a santa Teresa de Jesús declarando ante las Cortes castellanas? Aquellas Cortes, más que dar espectáculo, votaban los impuestos.
Un coronel norteamericano puede decir verdad o puede estar cumpliendo una misión de desinformación.
Hay quien recurre a la palabra de los “expertos” como argumento de autoridad cuando el discurso es de dudosa credibilidad. Llevan también mucho tiempo escudándose en la autoridad de “la ciencia” para que la ciencia deje de hacerse preguntas. Es razonable, pues, desconfiar de este cruce de experto y de científico que es en este caso un coronel americano de la Air Force.
¿Es la hora de los OVNIS? Si existen que nos los enseñen, y si no que se callen. De lo contrario será legítimo pensar que todo esto forma parte en nuevo experimento, un espectáculo más, un circo de la CIA. La Guerra de los Mundos, de Orson Wells. Nada nuevo bajo el sol.