Llega el final de la escapa de la Ministra de Igualdad, Irene Montero
Primero, la ministra Montero dijo en sede parlamentaria que su ley estrella del “Sólo Sí es Sí“ no beneficiaría a un solo delincuente sexual y que no provocaría la liberación de violador alguno. Se trataba, adujo, de un bulo interesado para descalificar la norma.
La última cifra dada por el Consejo General del Poder Judicial es estremecedora: 1079 rebajas de condenas por delitos sexuales y más de un centenar de violadores en libertad.
Luego, cuando empezaron a beneficiarse los primeros violadores, dijo que se trataba de casos aislados, producto de interpretaciones machistas de la ley.
Más adelante, recurriendo al viejo truco leninista de la inversión de la culpa, acusó a los jueces de carecer de la necesaria formación para aplicar correctamente su ley; e incluso de incumplirla consciente y deliberadamente por meros prejuicios machistas.
Toda su defensa se acabó reduciendo a un atroz negacionismo interesado: la ley era buena pero el sistema judicial español estaba en manos de una especie de energúmenos fascistoides que trabajan para la hegemonía del heteropatriarcado y que estaban provocando las excarcelaciones masivas de los delincuentes sexuales. Pam llegó incluso a mofarse públicamente de las víctimas.
Pedro Sánchez, que afirmó antes del desastre que la ley no era de Podemos sino de todo el Gobierno, puso a la Fiscalía General del Estado a trabajar en tromba para evitar que los jueces y tribunales aplicaran la ley. El Fiscal General del Estado dictó incluso una Instrucción en ese sentido. Ahora el Tribunal Supremo destroza a la Fiscalía, al Gobierno, a Podemos y a Irene Montero.
La mujer de Iglesias ha comentado lacónicamente la decisión del Supremo: “Es una mala noticia”, dice.
No, Irene, la mala noticia, para todas las mujeres, para las que ya han sido víctimas de delitos sexuales y para las que lo pueden ser en el futuro, es tu ley, vuestra ley, que pone y seguirá poniendo en la calle a violadores en serie mientras tú solo te preocupas de que no te estropeen un titular. Y todavía quieres ir en listas electorales y que te voten los españoles. Cada voto a esa lista será un aval a ese crimen.