El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reafirmado durante su visita a Mauritania que la inmigración no debe considerarse un problema. Aseguraba que para España significa una necesidad, que puede traer beneficios significativos a los países involucrados. Sánchez destacó que, cuando se gestiona adecuadamente, la migración contribuye al desarrollo económico y social tanto de los países de origen como de los receptores. Durante su encuentro con el presidente mauritano, Mohamed Ould Ghazouani, Sánchez reiteró la importancia de la cooperación bilateral, especialmente en la lucha contra la inmigración irregular.
En su intervención, Sánchez subrayó que la clave para gestionar la inmigración de manera eficaz radica en fomentar una migración regular, segura y ordenada. Este enfoque no solo ayuda a controlar los flujos migratorios, sino que también permite que la inmigración se convierta en un motor de desarrollo económico para ambos lados. Señaló que la inmigración puede proporcionar mano de obra necesaria y dinamizar sectores económicos en los países de destino. Mientras que en los países de origen, contribuiría al alivio de la pobreza y al desarrollo sostenible.
Cooperación en seguridad y desarrollo con Mauritania
Sánchez y Ghazouani también abordaron la importancia de la cooperación en materia de seguridad. El enfoque se basa principalmente en la lucha contra el terrorismo y la estabilización de la región del Sahel, una zona crítica para la seguridad global. España y Mauritania acordaron fortalecer sus relaciones en estos ámbitos. Y según Sánchez, la estabilidad y el desarrollo de Mauritania son cruciales para gestionar eficazmente los desafíos migratorios.
El presidente insistió en que la gestión de la inmigración debe tener una dimensión humanitaria, garantizando los derechos y la dignidad de los migrantes. Defendió que, junto con las políticas de seguridad, es esencial promover la inclusión social y económica de los migrantes. Esto, para contribuir a una sociedad más cohesionada y próspera. Sánchez reiteró que la inmigración, cuando se maneja con responsabilidad y solidaridad, puede ser una oportunidad tanto para los países emisores como para los receptores, beneficiando a todos los involucrados.
«La inmigración no es un problema»
Ante Ghazouani, Sánchez aseguró que «para España la migración es riqueza, es desarrollo y es prosperidad». Yendo más allá, comentaba: «Pese al discurso que desgraciadamente también está empezando a tener mayor presencia en Europa, la migración no es un problema, es una necesidad que implica ciertos problemas».
A su parecer, la mejor manera de combatir estas posturas es, para él, «impulsar fórmulas que nos permitan gestionar de una manera humana, segura, ordenada, el fenómeno de la migración en beneficio de nuestras respectivas sociedades». Esto iría seguido de un enfrentamiento contra las mafias traficantes de personas. Y para alcanzar estos objetivos, Pedro Sánchez pide «la adopción de un enfoque integral, que tenga en cuenta todos los factores que influyen en la migración y que refuerce la cooperación entre los países involucrados».