La posible investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Cataluña se encuentra en un punto crítico, con varios factores clave aún por resolverse. A pesar del ajustado respaldo de la militancia de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que aprobó con un 53.5% apoyar la candidatura de Illa, la situación está lejos de estar garantizada.
El pasado viernes, 6,349 militantes de ERC participaron en una consulta interna, de los cuales 3,397 votaron a favor del preacuerdo con el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC). Este acuerdo incluye concesiones importantes como la soberanía fiscal y la protección de la lengua catalana, elementos cruciales para la aprobación de las bases republicanas.
Además, los Comunes han cerrado un pacto con el PSC, asegurando así los votos necesarios para alcanzar la mayoría absoluta en el Parlament. Sin embargo, la ratificación final por parte de Jovent Republicà, la organización juvenil de ERC, aún está pendiente y podría ser decisiva.
El factor Puigdemont
En paralelo, el expresident Carles Puigdemont ha declarado su intención de regresar a Cataluña para participar en el debate de investidura, a pesar del riesgo de ser detenido. Este posible retorno añade una capa adicional de incertidumbre. La dirección de ERC, encabezada por Marta Rovira, deberá tomar decisiones estratégicas si se produce la detención de Puigdemont, lo que podría desestabilizar los acuerdos actuales.
La investidura de Salvador Illa está en una fase crítica con múltiples variables que podrían influir en el desenlace final. La posición de Jovent Republicà y el posible retorno de Puigdemont son elementos que mantendrán la tensión política en Cataluña en las próximas semanas.
Por lo tanto queda por ver si Carles Puigdemont lleva a cabo su regreso a España y en tal caso, detenido. Este suceso crearía una situación realmente inestable dentro del Gobierno español y sus socios .