Un tal Puente conduce al PSOE al albañal y la derecha gana claramente el debate
Impresentable. Sólo Pedro Sánchez puede superar en falta de decoro a Pedro Sánchez. A su soberbia se suma su cobardía, su falta completa de ética política y su desprecio olímpico al parlamento español.
Si ya es impresentable que Sánchez decida no intervenir en la investidura del candidato a la presidencia del gobierno, el hecho de que le sustituya, para mayor escarnio, un tipo como Puente, es un desprecio a la democracia sin precedentes.
Puente, vividor, tramposo, hombre que gusta del barro y de las juergas, es un diputado de quinta división sentado en la quinta fila de los escaños del PSOE. Para eso, que hubieran sacado a Tito Berni a dar el espectáculo.
Al no atreverse a salir a la tribuna de oradores, Sánchez ha delegado el discurso, no tanto en el tal Puente, cuanto en ERC y Bildu, sus verdaderos arietes, que han dado la respuesta a Feijóo.
Sánchez es Bildu como ERC es Sánchez. Puente es solo un trampantojo.
Feijoo hizo un gran debate, tanto en el propio discurso de investidura como en las réplicas, y evidenció el giro conciliador hacia Vox, cuyo líder, Santiago Abascal, supo recoger el guante y, pese a mantener las lógicas discrepancias, ofrecer su apoyo para salvar el país del desastre del Frente Popular.
Lo más importante del debate ha sido ver que hay partido, y que aunque el Frente Popular gobierne España e intente deshacerla, los partidos del centro y la derecha van a dar, cada uno a su estilo, la batalla, y que no habrá rendición, sino una lucha sin cuartel en defensa de la nación más antigua de Europa. España siempre sobrevive.