Se plantea un debate incómodo pero necesario: ¿lo que está ocurriendo en las rutas migratorias hacia España es una guerra, una invasión, o simplemente un negocio organizado a gran escala? A partir de datos de Naciones Unidas y observaciones sobre la ruta Canaria —considerada una de las más intensas del mundo en cuanto a inmigración ilegal— se analiza el papel de las mafias, las ONGs, y la aparente pasividad de las autoridades españolas y europeas. Se habla de beneficios que alcanzan los 160 millones de dólares al año para quienes organizan estas travesías, mientras los países receptores asumen consecuencias sociales, económicas y de seguridad que no han elegido. También se cuestiona el uso (o falta de uso) de herramientas como Frontex y se pone en duda la lógica detrás de algunas decisiones políticas. ¿Por qué no se activa una respuesta más contundente si existe una infraestructura europea para ello?
