Hoy en Dando Caña, hemos hablado del pacto de silencio entre José Luis Ábalos y Koldo García en cuanto al tema de la corrupción.
Hoy no sólo se habla de OTAN. Ni siquiera, sólo, de Defensa. Hoy se ha hablado, una vez más, del verdadero frente de batalla del Gobierno de Pedro Sánchez: la corrupción. Y mientras el presidente intenta desviar la atención con un pulso artificial a Donald Trump y cualquier otra cuestión cuidadosamente escenificada en La Haya, el Supremo continúa investigando a los suyos. Hoy estaban citados José Luis Ábalos y Koldo García.
El exministro y su mano derecha. La Guardia Civil ha estrechado el cerco tras nuevas investigaciones que los relacionan con adjudicaciones irregulares y cobro de comisiones. Presuntas mordidas en plena pandemia, cuando el país entero estaba encerrado en casa y el Gobierno gestionaba contratos millonarios de material sanitario con una opacidad que ahora empieza a pasar factura. Ábalos ha decidido acogerse a su derecho a no declarar. Koldo ha pedido aplazamiento.
El juez no se lo ha concedido. La sensación es clara: algo ha cambiado desde que apareció el ‘Informe Cerdán’, que ha dado un vuelco a la causa abierta en febrero
