11 de marzo de 2004. El 11-M: caso abierto
Tal día como hoy, 11 de marzo de 2004, varias bombas estallaron en diversos trenes de cercanías en Madrid. Fue el mayor atentado de la Historia de España.
Muertos: 191. Heridos: 1.858. Traumatizados y víctimas colaterales: sin determinar. Estas son todas las certidumbres que aún hoy tiene la sociedad española sobre aquellos atentados que cambiaron la vida del país. La versión oficial dice que aquel día un grupo de terroristas islamistas se organizó para perpetrar diez explosiones casi simultáneas en cuatro trenes en la capital de España, en venganza por la posición del gobierno español en la guerra de Irak. Los explosivos habrían sido facilitados por una trama de tráfico ilícito desde la explotación asturiana de Mina Conchita. La matanza fue reivindicada por un grupo islamista mediante un video. Días después, los autores del atentado eran localizados por la policía en Leganés. Al verse atrapados, los terroristas se volaron con explosivos adheridos a sus cuerpos.
Sin embargo, doce años después son muchos los interrogantes que permanecen sin respuesta. ¿Quién organizó los atentados? ¿Quién dio la orden? La precisión y complejidad de los ataques requiere un grado de organización muy elaborado. En su momento se apuntó al grupo islamista Al-Qaeda, pero el propio Tribunal Supremo terminaría reconociendo que Al-Qaeda estaba exenta y en su lugar apuntaba a un grupo yihadista autónomo. Asimismo, los encausados como “autores intelectuales” fueron absueltos de ese cargo. Las mismas dudas aparecen cuando se repasan las conexiones entre los supuestos autores materiales de los atentados, asunto que nos mete en un verdadero laberinto aún hoy sin solución.
Las preguntas se acumulan. ¿Quién suministró a los terroristas el Titadine, un material que no estaba en la mina de donde supuestamente se extrajo el explosivo? ¿Quiénes montaron las bombas? ¿Por qué se empezó a desguazar los trenes tan sólo 48 horas después de la masacre, excepto uno que quedó varado en un almacén secreto? ¿Por qué no se analizaron los restos de los focos de explosión? ¿Por qué se destruyeron los escenarios del crimen sin analizar la composición de las bombas? ¿Por qué los perros no detectaron explosivos en la furgoneta hallada en Alcalá de Henares, y sin embargo el vehículo, al llegar a las dependencias policiales de Canillas, sí guardaba detonadores y Goma 2-ECO? ¿De dónde salió la mochila-bomba encontrada en la comisaría de Vallecas? ¿Por qué esa mochila contenía metralla y no así las que estallaron? ¿Por qué se impidió a la policía científica acceder a los cadáveres de los suicidas de Leganés hasta varios días después de su muerte? Y muy singularmente: ¿Quién manipuló la investigación desde el principio? ¿Y por qué?
Todas estas preguntas aparecieron en el juicio por los atentados. Muy pocas de ellas encontraron respuesta. Por eso el 11-M sigue siendo, en buena medida, un caso abierto.
Otros hechos:
1827: Guerra de los Agraviados: insurrecciones populares contra Fernando VII en Cataluña, Aragón, Valencia, Andalucía y el País Vasco que serán el prólogo de la guerra carlista.