Tal día como hoy, 29 de enero de 1981, dimitía formalmente el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, después de cuatro años y medio de mandato y en medio de una atroz crisis política.
A la altura de enero de 1981 la situación política objetiva del país era desastrosa: el terrorismo etarra se había cobrado 93 muertos en 1980 y llevaba cuatro más en lo que iba de año, el paro había pasado del 3,7% en 1975 al 14%, los salarios habían bajado prácticamente diez puntos porcentuales en ese periodo, la oposición socialista había exagerado su hostilidad al Gobierno hasta un punto de confrontación culminante y el partido que sostenía al ejecutivo, la UCD creada por el propio Suárez, navegaba a la deriva en plena descomposición interior. Altos mandos del Ejército –precisamente los más cercanos al rey- plantearon al monarca la necesidad de una rectificación inmediata. Lo que hizo el rey Juan Carlos fue citar a los mandos militares y a Suárez y dejar literalmente sólo al presidente. Éste, naturalmente, entendió el mensaje. Pocos días después comunicaba al rey su intención de dimitir y veinticuatro horas después se lo anunciaba a la nación en un mensaje televisado. Así se ponía fin al periodo de gobierno de Suárez.
Adolfo Suárez, hombre sin gran preparación intelectual ni técnica, pero dotado de una arrolladora capacidad de seducción, había llegado a la cumbre del poder precisamente por el apoyo expreso del rey. Falangista del “aparato” del régimen de Franco, funcionario del Movimiento Nacional, escaló rápidamente en su estructura y en 1968, con 36 años, ya era procurador en Cortes, gobernador civil de Segovia y jefe provincial del Movimiento. De aquella época data su amistad con Juan Carlos. Enseguida fue nombrado director general de Radio Televisión Española y en 1975, poco antes de la muerte de Franco, vicesecretario general del Movimiento. En junio de 1975, dentro de la apertura política propiciada por el régimen, creó el partido Unión del Pueblo Español (UDPE), y en diciembre de aquel año entró como ministro en el primer gobierno del ya rey Juan Carlos. En junio de 1976 el monarca le nombraba presidente del segundo gobierno de la corona, ante el asombro general.
A la cabeza del Gobierno, Suárez hizo la transición política que el rey quería. Legalizó al Partido Comunista y a los sindicatos de izquierda, impulsó la Constitución de 1978, abrió la vía al poder nacionalista en Cataluña y el País Vasco y ganó consecutivamente las elecciones generales de 1977 y 1979. En enero de 1981, sin embargo, todo se había venido abajo. Suárez no volvería nunca al Gobierno.
Otros hechos:
1712: En la ciudad holandesa de Utrecht comienzan las negociaciones de paz que pondrán fin a la Guerra de Sucesión española.