Tal día como hoy, 9 de septiembre de 1534, una bula del papa Clemente VII, a petición del rey Carlos I de España y V de Alemania, creaba la catedral metropolitana de la Ciudad de México.
La historia de la catedral mejicana empieza en realidad mucho antes. En 1523, sólo tres
años después de la conquista del imperio azteca por Hernán Cortés, éste manda construir una iglesia en la planta del viejo templo de Quetzalcoatl en Tenochtitlán. Era el procedimiento habitual en toda conquista: elevar iglesias en el centro de las ciudades, ya fueran conquistadas o ya de nueva planta. Esta iglesia se construyó con materiales de los propios templos aztecas. Su importancia fue creciendo a medida que aumentaba la influencia de la Nueva España, el virreinato de la América central. A la altura del año 1530 ya actuaba, de hecho, como catedral. El reconocimiento formal vino con esa bula pontificia. No era la primera catedral del Nuevo Mundo, pero sí la primera que se levantaba en tierra continental.
La catedral de Ciudad de México fue elevada a metropolitana en 1547 por el papa Paulo III. Eso la ratificaba como centro espiritual de la América hispana. Y según el lugar sagrado crecía, se iba viendo que sus dimensiones eran completamente inapropiadas para su función. Felipe II ordenó derribar la mayor parte de su estructura en 1552 y sobre su planta se edificó la catedral nueva, que es la que hoy permanece en pie: un templo de 128 metros de largo por 59 de ancho y con 60 metros de altura hasta la cúpula, cinco naves y dieciséis capillas laterales. La fachada final, de corte neoclásico, se debe al arquitecto de Veracruz José Damián Ortiz de Castro, nacido ya en América. Hoy esta obra es unánimemente considerada como uno de los grandes monumentos de América. Está dedicada a la Asunción de la Virgen María.
España ya había levantado una catedral en Santo Domingo en 1512 –la primada de América- y le seguiría otra en Lima en 1536. Era el signo distintivo de la dominación española en América: catedrales y universidades, ciudades y caminos. No todo fue fiebre del oro.
Otros hechos:
1091: Los invasores almorávides asaltan la ciudad de Sevilla y prenden a su rey, Al- Mutamid, el mismo que les había llamado para combatir a los cristianos. Al-Mutamid terminará sus días preso en un lejano rincón del sur de Marruecos.
1282: Alfonso X de Castilla deshereda a su hijo y sucesor, Sancho.
1595: Nace en Madrid el jesuita Juan Eusebio Nieremberg, teólogo y físico.
1654: Muere en Cartagena de Indias el misionero catalán San Pedro Claver, jesuita, que
dedicó su vida a los esclavos negros de esa ciudad
1930: Muere fusilado en Argentina el anarquista catalán Joaquín Penina.