Los manifestantes que han acudido este lunes y martes a las manifestaciones convocadas en la sede del PSOE en Ferraz contra la amnistía, han recibido una dura represión por parte de los antidisturbios, incluyendo gases lacrimógenos. Ambos días, los agentes han acatado órdenes de usar gas lacrimógeno contra los manifestantes, algo que ha sido altamente cuestionado. Por un lado, se cuestiona el hecho de si realmente existía necesidad de usar estos gases habiendo otras manifestaciones en las que el índice de altercados era mucho mayor y su utilización no fue aprobada. Por otro lado, el peligro de los efectos de este químico en las personas ha suscitado preocupación por parte de la ciudadanía, especialmente que algunos de los afectados por esta represión han sido niños y ancianos.
Esto abre un debate de cuán nocivos son estos gases en las personas y si es óptimo usarlos con un determinado público teniendo en cuenta edad y posibles enfermedades.
¿Qué efectos tiene el gas lacrimógeno en las personas?
Los gases lacrimógenos que suelen utilizar las fuerzas de seguridad para aplacar altercados consisten en un polvo de Clorobenzilideno Malononitrilo (CS) que tiene efectos instantáneos en las personas que entran en contacto con él. Los efectos de este polvo tienen una duración de entre 30 y 45 minutos, dependiendo de la exposición al gas, sin embargo, estos efectos en algunas personas pueden llegar a permanecer horas e incluso días.
Efectos de los gases lacrimógenos a corto plazo:
Los síntomas más comunes de los gases lacrimógenos a corto plazo en las personas se dan en los ojos y son los siguientes: exceso de lagrimeo ocular, ardor, hinchazón, y parpadeo involuntario. No obstante, se pueden dar otros efectos por el resto del cuerpo, entre los que se encuentran picor nasal, dificultad para respirar, problemas cutáneos y tos aguda.
Efectos de los gases lacrimógenos a largo plazo:
Un estudio presentado en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea, realizado por un grupo de investigadores de Turquía, reveló los efectos sobre la salud pulmonar de los manifestantes expuestos directamente a los gases lacrimógenos.
El estudio expone unos datos claros: Un 70 por ciento de los encuestados que informaron de tener dificultades respiratorias; un 80% reportó padecer una tos duradera; el 45% dijo producir flema y el 43% sufría dolor en el pecho. La media de la duración de tos y dolor torácico fue de 15 días.
Estos resultados son significativos, ya que contradicen las afirmaciones de muchos sobre los efectos de los gases lacrimógenos. Asimismo, es importante saber que este tipo de químicos pueden causar problemas graves en ancianos y enfermos, pudiendo llegar a provocar ataques cárdiorespiratorios. El gas lacrimógeno no está clasificado como un arma química, pero las personas que son expuestos a este químico pueden sufrir los efectos nocivos sobre los pulmones por la utilización de este gas».